viernes, 22 de junio de 2007

FUEGO

Escondida bajo su máscara blanca se encontraba una cara desfigurada por el quemazón sufrido una noche que salió a paliar el fuego que cada vez se acercaba más y más a su casa. Desde aquel día también tiene quemado el corazón.
Germán, recuerda que era un mes de agosto de los más calurosos y estaba en camiseta sentado en zaguán de su casa cuando a lo lejos, vio una nube negra. Bajó la vista y un color anaranjado le dio a conocer el fuego. Si lo podía ver, significaba que no estaba lejos de su casa.
Llamó a su mujer que andaba dentro con los nietos:
- ¡Elena, Elena! - ¿Qué pasa? – preguntó la mujer alarmada.
- Un incendio se aproxima, quédate dentro con los niños. Elena no dijo nada y se metió en la cocina con los dos niños. Para que éstos no estuviesen pendientes del fuego y se apoderara de ellos el pánico, Elena comenzó a contarle una historia.
Había una vez, un niño que vivía en el cielo, muy bueno, muy bueno. Tan bueno que los demás niños y niñas se reían de él y le hacían gamberradas. Él pobre niño se pasaba media vida llora que te llora…
Mientras Elena contaba su historia, su marido cogía la manguera que tenían en el patio, era la única herramienta de la cual disponían para apagar aquellas llamas. Ya había llamado a los bomberos.
Dentro de la casa Elena:
… Y cada vez que el pequeño niño lloraba, aquí en la tierra llovía y llovía. Un día, como no paraba de llover, un agricultor de aquí, de la tierra, mirando hacia el cielo se puso a pedir que dejase de llover que su cosecha con tanta agua no servía de nada. El pequeño niño escuchaba con atención la suplicas de aquel pobre hombre…
Las llamas se acercaban deprisa, el viento soplaba hacia la casa. Germán ya había comenzado a mojar el terreno de alrededor de su vivienda esperando que aquel gesto no dejase que se acercase el fuego.
“…él quería dejar de llorar, pero cada vez que lo conseguía venía alguien y le fastidiaba. Un día, uno de sus mayores por alegrarle un poquito la vida, le dijo: “Te concedo un deseo”. El niño se quedó admirado al ver el poder de su mayor…”
Las llamas ya habían alcanzado la puerta, la flama hacía insoportable el calor. Elena miraba por la ventana y veía como su marido luchaba contra los elementos. Mojó toallas y después de cerrar las puertas las puso bajo éstas.
“Tengo un deseo claro:- “Hacer sufrir a todos aquellos que a mí me hicieron sufrir”- Su deseo fue concedido y así, aquel niño angelical, se convirtió en el mismo demonio y lanzaba fuego a diestro y siniestro. Hizo tanto daño que del cielo lo expulsaron y aunque vive en un lugar muy lejano bajo el suelo, en días como hoy aparece”
Elena no veía a su marido, lo hacía detrás de la casa echando agua. Cuando los bomberos pudieron llegar a la zona encontró a un hombre con toda la cara destrozada metido en una zanja. Dentro de la casa tres cadáveres. Elena y sus nietos se habían asfixiado a causa del humo inhalado.

23 comentarios:

José Antonio dijo...

La única idea de defender a tu familia contándoles un cuento me parece absolutamente brillante.
Un aplauso.
Salu2

Nerim dijo...

Los cuentos sirven para dormir a los niños y despertar a los adultos. Al menos eso es lo que dice en un blog que cuenta muchos cuentos.
Un fuerte abrazo
Nerim

Cripto dijo...

Hola, estoy intercambiando links con gente de otros blogs, para aumentar el tráfico de visitantes ¿te apuntas? Por favor, avísame en mi blog.

saludos a todos y pasaros por mi blog, ya me diréis...

Mario Luque dijo...

Estilo "La vida es bella"... Muy bueno... B-SOS

Cripto dijo...

Ya te he linkeado.

Anónimo dijo...

Me ha gustado.

Saludos,
raull.

gemmacan dijo...

Daniel me ha quitado la idea. También me recordó a La vida es bella. A veces no nos queda otra que morir con las botas puestas, con dignidad y procurando a los que nos rodean, una muerte lo más dulce posible.
Un saludo!

León Cartagena dijo...

Muy buen blog!, gracias por pasearte por mi sitio. P.D. GRAN TÍTULO para un blog.

reuben dijo...

A veces suceden cosas inexplicables y da la sensación de que lo único que se puede hacer es relatarlas.

Nuria dijo...

Hola, gracias por tu comentario en mi blog.
Que historia más triste, pero me ha gustado...
Seguiré pasandome por aquí para ver cosillas nuevas.
Un saludo,

Nuria

UMA dijo...

Tremendo relato.
Me doy una vuelta, un gustazo.

dèbora hadaza dijo...

ay que terrible! excelente manera de mezclar el cuento y la realidad en la peor de las realidaddes.

de verdad es estupenda tu historia, en serio q tengo cara de horror.

un abrazo.

Princessa dijo...

Grcias por su visita en mi blog.
Buen cuento, original y emotivo.
Un abrazo

Javier López Clemente dijo...

Tremenda rítmica de la historia al crepitar de las llamas.
Alguien diria: Menos cuentos y más mangueras, pero yo digo: Menos especuladores del suelo y más cuentos, señores.

Salu2 Córneos.

Fernando García-Lima dijo...

¡Eres una gran cuentista!

Me ha gustado mucho la estructura y cómo creas tensión.

Sigue así.

Besos

Tamaruca dijo...

Jo...
Qué penita me ha dado :(

Justo hoy que por la noche es la fiesta de San Juan y hay que saltar hogueras... aish...

atikus dijo...

jo, pues los críos pensarían que en el cielo podría haber personajes muy malos, y al final todos malos... el cuento es estupendo.
En definitiva, los cuentos clásicos, tienen un montón de malos ;)

El detective amaestrado dijo...

Hasta el final contando historias...

Nosotras mismas dijo...

Gracias a todos por vuestros comentarios y por taconear.

Saludos.

Marsu dijo...

Gracias por tu visita en mi blog... Me vine a sapear por acá y me parece entretenido... Nos estamos leyendo..

Mandarina azul dijo...

Uf, qué tremendo... bonito y triste a un tiempo...

(¡Gracias por la aclaración de tu nombre! ;) )

Unknown dijo...

La única idea de defender a tu familia contándoles un cuento me parece absolutamente brillante.
Un aplauso.
VibratorKaraoke Players

Unknown dijo...

but reducing the rate we pay and doing damage to the system is not the answer. Remove the cap first. That alone changes the equation enough that we would need to reevaluate everything else.
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