Paula, se encontraba entre Diputación y Balmes, una tarde normal, con gente normal y tal y como pasan las cosas, sin saber porqué, en el momento menos esperado un beso se convirtió en fugitivo. Ella supo donde fue a parar; a esos labios que llevan días [años] tentando, pero como todo beso no correspondido se convirtió en delincuente, en un ladrón de poca monta que no sabes si al final pasará por la boca del contrario con más pena que gloria.
Ahora, sin más remedio, busca abogado para defender ese beso y que no quede preso en la cárcel del olvido.
Ahora, sin más remedio, busca abogado para defender ese beso y que no quede preso en la cárcel del olvido.