miércoles, 13 de junio de 2007

SÓLO TE LLAMABA

Sólo te llamaba para informarte que la última vez que estuvimos juntos no me dejaste indiferente, sólo te llamaba para escuchar tu voz, sólo te llamaba para decirte que a pesar de lo que me has hecho sigo aquí, amándote. Amándote que palabra más compleja, siento no habértela dicho antes pero hasta ahora no he sabido lo que significaba.

Esta mañana he buscado tu calor, he andado, he visto, te he visto y sigues igual de frío que ayer. Me duele pensar que en un rato ya nunca más te veré.
Esto me recuerda la primera vez que estuvimos ante el notario firmando nuestra primera separación, tenía aquel alivio de romper con lo que nos hacía daño, pero el pesar del fracaso y de que, en teoría, nunca más íbamos a vernos.
Ahora es igual pero diferente, está vez es definitiva, ya no nos veremos más. Está claro, que dos veces tentando a la suerte, eran demasiadas. Pero está vez, yo sí quería estar.
Que serio con ese rictus, que vacío, que frío te siento. Me gustaría te dirigieses a mí, aunque, en ese preciso instante, podría sufrir un infarto. Me da igual, quiero que me digas como puedo solucionar esto. Tú siempre tienes la solución.

He vuelto aquí y definitivamente ya no estás, ¿te habrás olvidado o tu pensamiento seguirá sobre mí?

Sólo te llamaba para preguntarte si tardarás en llegar, sólo te llamaba para saber si mañana tendremos invitados como cada viernes o por lo contrario, saldremos tú y yo, solos, escapando de nuestros fracasos, huyendo del resto del mundo.

Hoy he salido, tenía que salir, no me apetecía, pero todavía me queda la esperanza de encontrarte, aunque ya sé que es difícil, al fin y al cabo, te has ido de vacaciones, te has mudado y sin embargo sigues en el salón de casa.
Nunca había paseado por un parque, ya sabes que por esta zona los parques no son muy bonitos, pero te he hecho de menos y no se porque aquí me siento en paz conmigo misma.
Sí, me quedé queriendo sola. ¿Cómo puedo alejarme de ti, si tu tan siquiera estás?


Sólo te llamaba para preguntarte si te gustaría ir a la Costa Brava o a la Costa del Sol, sólo te llamaba si te gustaría que fuésemos tú y yo o prefieres que nos acompañe alguien, sólo te llamaba… por oír tu voz.

Hoy han estado aquí Miriam y Carlos, que le gustaría venir con nosotros a la costa, tengo la sensación que estos se apuntarían a un bombardeo, yo solo quiero estar contigo.
Mis pensamientos se balancean, te hablan, te sienten, pero a no ser que seas telépata no vas a escucharme… por eso te llamo.

Sólo te llamaba para saber si ya te has instalado, sólo te llamaba para saber si estás bien, sólo te llamaba para que me digas si estás mejor que en nuestra casa.

Hoy he vuelto a marcar tu número de teléfono, la chica de la locución me ha dicho que tienes el buzón saturado de mensajes y ya no puedes recibir ninguno más. Hoy ya no he escuchado más tu voz.

He escogido la Costa Brava y ya estoy aquí delante del Mediterráneo, el aire corre fuerte, me da miedo que te vayas lejos.
He abierto la urna y ahora tus cenizas ya no me pertenecen. Pertenecen al mar, al aire…

No hay comentarios: